Apadrinamiento de Lechuza y Buitre Negro UMH
El Área Ambiental y Desarrollo Sostenible ha vuelto a colaborar con la asociación AMUS, esta vez con el apadrinamiento de un Buitre Negro y una Lechuza.
Estos dos individuos, que han sufrido de manera directa las consecuencias de la acción del ser humano, forman parte de las aves rapaces irrecuperables del centro que no pueden ser devueltas a su hábitat natural. Con esta iniciativa se contribuye al mantenimiento y conservación de dichas especies, trabajando en detener la pérdida de biodiversidad del planeta como indica el ODS 15 "Vida de ecosistemas terrestres".
El buitre negro (Aegypius monachus) es una de las aves rapaces más grandes de Europa, reconocida por su importante papel como reciclador natural en nuestros ecosistemas. Estas aves ayudan a mantener el equilibrio ecológico al limpiar los restos de animales muertos, lo que previene la propagación de enfermedades. A pesar de su importancia, los buitres negros enfrentan numerosas amenazas, incluyendo la pérdida de hábitat, el envenenamiento y la caza ilegal, lo que ha reducido significativamente su población.
Este ejemplar macho nació en 2020. Con tan solo un año, ingresó en el hospital de AMUS el 16 de mayo de 2021, con el número de historial 210330.
Este buitre chocó contra un tendido eléctrico en el campo, cerca de Castuera (Badajoz), donde permaneció al menos 6 o 7 días sin ser visto. A su ingreso, la lesión que presentaba -una fractura de cúbito derecho- se había complicado y no fue posible operarlo, aunque se le resituó el ala.
Durante los meses de mayo y junio, fue utilizado como reclamo en el muladar de Hornachos para la captura de buitres negros salvajes.
Actualmente, se encuentra en una instalación exterior en el hospital de AMUS con dos ejemplares de su misma especie, formando parte de un proyecto de cría en cautividad.
La lechuza (Asio flammeus), conocida por su elegancia y su distintivo canto nocturno, juega un papel esencial en el control de plagas, lo que la convierte en una aliada natural de los agricultores. Sin embargo, las lechuzas también enfrentan numerosos desafíos, como la pérdida de hábitat, la reducción de sus presas naturales y las colisiones con estructuras humanas.
Este ejemplar de lechuza campestre ingresó en el hospital de AMUS el 31 de octubre de 2020, procedente de los alrededores de Badajoz, con el número de historial 201298.
Al llegar, se le realizó un chequeo exhaustivo y se detectó una fractura de cúbito y radio, por la cual fue intervenida. Creemos que pudo haber sido disparada; un vecino que paseaba por la zona la encontró y nos avisó.
La lechuza llevó clavos quirúrgicos durante un tiempo, que luego fueron retirados. Posteriormente, comenzó sesiones de laserterapia y fisioterapia para ejercitar y fortalecer la zona afectada.
Aunque empezó a realizar los primeros vuelos, no lograba completarlos, por lo que se decidió incorporarla a la familia de animales irrecuperables del centro.
Actualmente, se encuentra en una instalación destinada a estas rapaces, donde convive en total armonía con dos búhos chicos irrecuperables y otro ejemplar de lechuza campestre también irrecuperable, que ingresó con un diagnóstico similar.
Su función ahora es actuar como tutor/padre/madre adoptivo de pollos huérfanos que ingresan en el hospital durante estos meses de verano, para su correcta reinserción en la naturaleza.